De todas las obras públicas realizadas durante los últimos años en todo el territorio español algunas de ellas tendrán algo en común relacionado con el ingente gasto de dinero público. Sus desmesurados presupuestos, acompañados de continuas paralizaciones en los procesos constructivos e inauguraciones que nunca llegan, son algunos de los elementos que aparecen en todas estas infraestructuras millonarias de dudosa utilidad con similares despilfarros de dinero público y que se dan a lo largo de todo el territorio, convirtiéndolos en una lacra para nuestra sociedad pero sobre todo para el honrado contribuyente.
En muchas de las provincias españolas hay ejemplos de estos edificios inútiles o con comienzos muy difíciles, en este artículo vamos a analizar algunos de los más escandalosos. Son en realidad auténticos fracasos urbanísticos dirigidos por una variada gama de partidos políticos y secundados por las Administraciones, en algunos casos imposibles de ejecutar y en otros, maldecidos por generar mantenimientos insoportables que causan su inevitable abandono.
Adiós al Parque de la Relajación en Torrevieja
Este proyecto original de tres edificios data del año 2000, fue encargado al prestigioso arquitecto japonés Toyo Ito para convertirse en un balneario de lodos salutíferos, el llamado Parque de la Relajación de Torrevieja cuyo primer y único edificio tras el abandono y el posterior saqueo acabó incendiado en 2012. Hoy es el spa en ruinas más caro del mundo con un gasto que asciende al millón y medio de euros.
El gran fiasco de este proyecto es que se encuentra ubicado dentro del Parque Natural de las Lagunas de la Mata-Torrevieja, en una zona concreta de humedales de incalculable valor ecológico y cuyas obras se iniciaron, sin evaluar adecuadamente el impacto ambiental y sin el permiso de la Dirección Provincial de Costas por lo que la Administración central paralizó por completo el proyecto en 2006.
Torre Miramar de Valencia, el mirador fallido
Inaugurada en Valencia en 2009 con un coste final de unos 24 millones de euros solo estuvo en funcionamiento durante apenas tres meses debido al conflicto e imposibilidad de acuerdos de mantenimiento entre el Gobierno socialista de ese momento y el Ayuntamiento de Valencia con gobierno del Partido Popular. La torre necesitaba de un mantenimiento y una vigilancia de la que no se hicieron cargo ninguna institución y por cuya ausencia mantuvo el edificio cerrado.
Cuenta con una altura de 45 metros y una capacidad de acceso para 160 personas, siendo un mirador que a pesar de su nombre, apenas se ve el mar.
El bosque de acero de Cuenca, un recinto ferial oxidado
A pesar de la espectacularidad de su estructura, el Recinto Ferial de Cuenca se encuentra en la actualidad cerrado y abandonado. Diseñado por el estudio de arquitectura Moneo Brock y con un presupuesto de 7,5 millones de euros, adolece de un grave problema, la falta de funcionalidad, por lo que apenas se ha utilizado desde su inauguración en 2010.
El Ayuntamiento de Cuenca no sabe que hacer con este edificio por lo que se encuentra en situación de abandono y saqueo.
Llamado coloquialmente bosque de acero por crear en su interior un espacio diáfano e irregular compuesto de acero y vidrio y situado en un entorno natural asimilando un bosque, es en realidad una bella obra desubicada y desaprovechada, una vez más, claro ejemplo del despilfarro urbanístico español.
Envuelto después en un escándalo de corrupción entre la alcaldía y un grupo constructor, actualmente se encuentra en estado de deterioro y constituye otro fracaso más de nuestros dirigentes y un nuevo gasto sin sentido para los ciudadanos.
CREAA, un conjunto arquitectónico más que muerto
Se trata del Centro de creación de las artes de Alcorcón, un proyecto que acumula un gasto en dinero público de 180 millones de euros. Empezó a construirse en 2007 y fue paralizado tres años después por sus problemas de financiación. Estaba destinado a ser el centro del arte circense y elevar a este municipio madrileño a las antípodas de las artes y se ha convertido en un complejo arquitectónico más que muerto, con nueve edificios a medio terminar y un proyecto inabarcable para el ayuntamiento y la empresa promotora.
Su ubicación si cabe, es de los más desafortunada ya que se encuentra situado en el llamado Parque de los Castillos, una zona muy conocida y transitada por sus zonas verdes y fuentes y sobre todo por los castillos, construcciones de principios del siglo XX considerados patrimonio histórico y cultural de la zona que se encuentran en clara disonancia con las construcciones modernas y llamativas del CREEA.
Esquiar en seco, una pifia millonaria en Valladolid
En Villaviejo del Cerro, Tordesillas, una pequeña pedanía de menos de 100 habitantes, se alza otro de los mayores despilfarros de dinero público de España, una estación de esquí seco, llamado Complejo Meseta Ski que costó más de 12 millones de euros y que se encuentra sin terminar y abandonada desde 2007.
Su historia nos recuerda otros casos, muy comunes sobre ambiciones particulares e intereses locales. Incluso, se había promulgado una ley autonómica que permitía su construcción y la declaraba un proyecto de interés regional, pero el Tribunal Constitucional la tiró abajo ya que contradecía la Ley de Montes de ámbito nacional y que impedía cualquier tipo de actuación en treinta años en lugares como éste en los que anteriormente se habían dado incendios forestales.
La sentencia obliga a dejar esta zona como estaba, procediendo a una reforestación por lo que a estos 12 millones de euros habrá que añadir los gastos de demolición. Sin embargo, la decisión de carácter firme permitirá que la zona tenga una cierta similitud con su idea original ya que está previsto conservar el edificio central y unos cien metros de pista de esquí para dedicarlos a reactivar esta zona de Valladolid y sobre todo el ocio joven.
La ciudad del medio ambiente, destruye una zona protegida junto al río Duero
La zona de Soto de Garray en Soria, fue el escenario de este vergonzoso episodio de corrupción en espacios naturales protegidos, un mega proyecto urbanístico ideado por la Junta de Castilla y León en un lugar de incontable valor ecológico, junto al río Duero, una zona que presenta hoy en día un daño al ecosistema irreparable y que generó un gasto público de 52 millones de euros.
La llamada Ciudad del Medio Ambiente, de propósito desconocido, pretendía abarcar una zona de más de 800 chalets, un polígono industrial y otros edificios como hoteles que ocuparían al menos 500 hectareas. La desviación del Arroyo Vega de su cauce natural para la construcción de este proyecto originó la desecación y también la inundación de todo el complejo en época de lluvias.
El fallo del Tribunal Constitucional llegó muy tarde, después de más de siete años desde el inicio de las obras, por lo que el deterioro de este enclave protegido está tristemente avanzado.
Estos son algunos de los ejemplos catastróficos sobre el gasto de dinero público invertido en construcciones y complejos por toda España y que han dado lugar a cadáveres arquitectónicos, tan dañinos en muchos casos para nuestro entorno natural y desprovistos en cualquier caso de toda funcionalidad real.
Sólo nos queda esperar que algún día dejen de realizarse estas prácticas y que todos estos grandes edificios o por lo menos algunos de ellos puedan recuperarse y de alguna manera revertir su proceso de autodestrucción para que sean capaces de reportar, paliar su daño y devolver algún beneficio de su excesivo gasto a la sociedad.